cuando la expresión trasciende la intimidad del que expresa, se hace verdad, se hace carne, se hace vida...



domingo, 12 de diciembre de 2010

Confesiones de niño lobo, Confesión 1 a Alejandra L.,

a los mas menos 9 años en el colegio;

Alejandra,

Una y mil veces estuve pegado a la ventana,

Una y mil veces Felipe, Christian, Gonzalo, Fernando y no se quien más, tan enamorados de ti, como yo de ti, y no se quien mas de ti, esperamos en esa ventana,

Tú…tu piel canela, tu pelo tostado y tus ojos color azúcar morena y/o miel de palma, capeando fríos, miradas, surcos y hasta el agua, vendrían desde tu casa,

Nosotros, niños, un poco mas niños que tú, en realidad mucho mas niños que tú, no hacíamos más que mirar y esperar, mirar y jugar, mirar y tontear, mirar y hablar, pero siempre mirar...,

Así de tanto mirar y mirar…nuestros ojos en el pasaje bajo la ventana se azotaban, y con dos huecos en la cara nos dejaban, y los ojos mirando solos ahora a nosotros nos miraban,

Por fin aparecías… por fin…y llena de gracia, recogías nuestros ojos y con un soplido los lanzabas, uno a uno los ojos se encajaban, los de Felipe, los de Christian, los de Gonzalo y también los míos,

Una mañana más, un día, y hasta la eternidad ya se llenaban de ganas, de ámbar, de miel, de azúcar morena, de olor a canela,...en fin de ti Alejandra,

Repletos así nos dejabas..., listos para esperar la nueva mañana.


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