cuando la expresión trasciende la intimidad del que expresa, se hace verdad, se hace carne, se hace vida...



domingo, 29 de mayo de 2011

Decantan...

Hace unos días atrás me toco hacer una presentación en el curso de ingles al cual asisto, sobre “How to make a paper boat?”, o como hacer un bote de papel? En realidad el tema en si no es importante, el objetivo del ejercicio es ayudarnos a mejorar el ingles hablado y que logremos expresarnos de manera clara y entendible a los demás. Investigación mediante preparé la exposición y además aprendí a hacer botes de papel. Creo que cuando niño nunca los hice porque seguramente me parecían muy complejos y honestamente me interesaban más los aviones. Decidí enfocar la introducción en las diferencias en las formas de jugar de los niños de hoy y de ayer. Según mis apreciaciones de los últimos tres meses viviendo con mi sobrina, los de hoy juegan mucho más tiempo en casa, con video juegos y esas vainas, y nosotros, los de ayer, mucho más afuera, en la calle, con barro, agua y esas vainas.

El día viernes, un día después de haber efectuado mi presentación, mi sobrina Charlotte invitó una amiga a casa, y luego ambas fueron a buscar a dos niños más, el famoso Letze y su encantadora hermana. Reunidos los cuatro, se pusieron a jugar en el patio del complejo acompañados del loco de Prince. Se lanzaban una pequeña pelota, gritaron, subieron y bajaron una y otra vez las escaleras, comieron helados, en fin hicieron show y todo ocurrió fuera de casa. Yo que a ratos los miraba desde el balcón, sentí como si me estuvieran lanzando un refrescante balde de agua fría, para recordarme que la naturaleza es más fuerte, y que fuera de toda formalidad forzosa y artificial, las cosas toman el rumbo que deben tomar, las cosas decantan. En este caso, los niños son y seguirán siendo niños aquí y en la quebrada del ají, y se expresarán en forma libre y natural más allá de los cuadros que sus padres o sus escuelas puedan trazar.

Llevaba algo más de un mes sin escribir. Mi cabeza había estado en otra parte, en otras ocupaciones, y aun cuando había tenido cosas que hacer, en realidad no me regalaba, ni tenía, la paz indispensable que el lapsus de escribir requiere. Hay preocupaciones, cierto que las hay. He completado mis días de actividades, interesantes en su gran mayoría, pero aun no acierto en concretar un nuevo trabajo que me permita volver a sustentar mi vida.

A pesar de las incertidumbres, de algún modo voy sintiendo que muchas cosas están decantando. Mis ideas y objetivos están sedimentando para volver a las esencias, que percibo pero aun no logro ver con claridad. Creo que ha habido mucho de ego en las cosas que anhelo, mucho de búsqueda de reconocimiento, de hacer algo importante, de marcar diferencias, y en esa búsqueda quizás me pierda de lo fundamental. Hoy, ya sea por abandono o por cansancio, distingo como una nueva sensación tenue, pero real, el deseo de la renunciación a los aplausos, al camino acompañado con vítores que sonrojan, a las palabras que inflan el pecho. Lo percibo como un nuevo anhelo porque no quiero perder lo sustancial, y aquello no se llena de adornos ficticios; lo sustancial es quizás el amor de una mujer, de un niño, de los padres, y sin duda, el amor a la tierra, a la humedad de la tierra, al agua, a la vida.

Hoy, como ayer, sigo queriendo cambiar el mundo, pero lo que más quiero por sobre todo, es ser un hombre feliz. Y para serlo, no necesito el ser reconocido por ser distinto, lo soy, lo sé, basta con eso.

Y en esa incipiente transformación, que pretende eliminar mis egos, para no perderme entre tanta distracción, miro las cartas del Tarot y es el arcano XIII, el arcano sin nombre, quien me habla de una ruptura, de un corte de todo aquello que es accesorio, que no es sustancial a la vida, de la eliminación del deseo a tener coronas y aplausos, para aspirar simplemente, una vez despojado de todo, a llegar a ser un ser humano feliz, a amar y ser amado, a dar y a recibir, a terminar con las ilusiones, para ir cada vez más hacia la vida real, donde reina la simpleza, a volver a las esencias.